February 21, 2006

Carta abierta...

Poeta de Mierda:
No me importa cuantos libros te hayas leido, ni cuantas poesías has escrito o recitado. No me importa si has visitado, trabajado o recitado en el Niuyorican Poets Café en una de esas basuras llamadas poetry-slams, o en el caso de Puerto Rico, su contraparte en San Juan o la mega-basura de poesía del Boricua. No me importan nada los cantos de Ezra Pound, las macharranerías de Benedetti ni de Neruda, los esbozos protohippies de Emerson, ni la bazofia de niñito malcriado de Ginsberg. Y menos aun me importan tus pensamientos al respecto. No me importa que te importe tener el look adecuado para ser "poeta", ni tu barba ni tu pelito largo ni tus espejuelos de Lisa Loeb si eres chica. No tengo la culpa que no puedes resolver un polinomio ni puedes desarrollar pensamientos verdaderamente analíticos.
Lo que sí me importa es que cuando visites mi librería, te comportes como un adulto civilizado y dejes tus aires de superioridad en la puerta, maldito deshecho de Literatura Comparada, o su fascímil razonable: Producto de la semilla de la pustulenta verga de Satán.
Más aún me gustaría que durante el tiempo que pases en la librería bajes de ese plano astral dónde vives...porque puedes decir que no comprendo tus pensamientos etéreos. ¿Pero sabes que NO es etéreo?

¡Este reguero!
Cómo te gustaría que yo fuese a tu casa y te orinara la alfombra...¿No mucho verdad? Pues así es como se siente cuando te comportas como un soberano cerdo.
Aquí en el Zángano Azul somos justos, y para probar la teoría de que los poetas y la poesía son nocivos para la salud, llevamos a a cabo un complejo experimento científico para probar nuestra hipótesis. Reclutamos a 'Pequeño Buddha Cabezademingo' para estudiar los efectos de esta plaga sobre un ser verdaderamente ilustrado. Veamos:

Como pueden ver, 'PequeñoBuddha' sabe reconocer entre un libro malo...

Y un libro bueno...

Veamos ahora que sucede al ser expuesto a libros de poesía:

Robert Frost: vértigo, nauseas, vomitos...

Neruda: sólo tomó un segundo libro, de un supuesto popular buen poeta, para que nuestro voluntario y fiel compañero cayera en un irreversible estado de catatonia...

El experimento, como pueden ver, ha comprobado irrefutablemente el gran daño físico y mental que la poesía puede causar. ¡Gracias Poeta de Mierda, ahora 'PequeñoBuddah' nunca alcanzará Nirvana...!

Nota Aclaratoria: El Zángano Azul no odia toda la poesía, este poema probablemente es el único que vale la pena, y las cosas esas que escribieron los árabes en la península ibérica antes de que los cristianos los echaran no están tan mal.

4 comments:

Anonymous said...

Y eso que no has escuchado a Neruda. Esa voz invita al suicidio.

theblogmachine said...

Hermoso, hermoso no se para quien esta dedicada la carta pero me sacaste una lagrima. Y por cierto el estudio que hiciste es muy acertado.

theblogmachine said...

Te pondré un link este blog me gusta mucho!!!

Viudabella said...

JAJAJAJAJAJJA...genial, genia... en realidad los poetas merecen la muerte, pero no lleguemos tan lejos todavía, primero deben ser decapitados los que se cruzan en medio de la Ponce de León con el único propósito de formar un tapón del carajo.